¿Que cual necio tema si otro más necio se irrita? ¿Consagrarme a una visita mejor que a hacer un poema? ¿O tras mil y mil desgracias a sueldo hacer memoriales u otros oficios triviales? ¡No, gracias! ¡No, gracias! (Cyrano de Bergerac)
Como me voy casi un mes a África, a recorrer todo por el desierto Marruecos, Sahara Occidental hasta Mauritania, donde pensamos pasar a pesar de las advertencias y ruegos de familia y amigos, siento la necesidad de dejar un mensaje de despedida. Pero no porque piense que no voy a volver o que nos van a secuestrar que, aunque puede pasar en estos tiempos combulsos e incomprensibles, no creo que sea probable.
Pero como voy a estar un mes sin poder escribir en el blog, por lo menos os dejo un mensaje de "hasta luego", por no decir despedida.
Y como soy muy poco original y estoy decidido a ir recopilando en mi blog los mensajes, escritos, etc. que han sido importantes en mi vida, os quiero dejar, para que reflexionemos, el último mensaje de despedida de Baden Powell.
Me resisto a pensar que son cosas trasnochadas y que ya no pueden "tocarnos en nuestras fibras más sensibles". Me niego a aceptar que somos insensibles a las palabras y deseos hermosos y que no podemos enarbolar un texto como ideal de vida.
Que cada uno lo vea como quiera, que lo tome por donde desee, pero que, al menos, nos lleve a meditar y a cuestionarnos nuestro modo de vida ahora que se acerca el final de un año y es un momento propicio para ello.
Último mensaje del Jefe
Queridos Scouts:
Si alguna vez habéis visto el juego de Peter Pan, recordaréis como el jefe de los piratas estaba siempre haciendo su último discurso de despedida, por temor de que, posiblemente, cuando llegara la hora en que había de morir, no fuera a tener tiempo para darlo a conocer. Así me sucede a mi, y aun cuando no me estoy muriendo en estos momentos, esto tendrá que suceder uno de estos días y deseo deciros unas palabras de despedida.
Recordad; ésta es la última que oiréis de mi; por tanto, meditadla.
Tengo para mi que Dios nos ha puesto en este mundo encantador para que seamos felices y gocemos de la vida. Pero la felicidad no proviene de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera simplemente, ni dándose uno gusto a sí mismo. Un paso hacia la felicidad es hacerse uno sano y fuerte, cuando niño, para poder ser útil y así poder gozar de la vida cuando se es hombre.
El estudio de la naturaleza os enseñará como ha llenado Dios de cosas bellas y maravillosas este mundo, para que lo podáis gozar. Estad satisfechos con lo que os haya tocado y sacad de ello el mejor partido que podáis. Ved siempre el lado bueno de las cosas y no el malo.
Pero la verdadera manera de obtener la felicidad es haciendo felices a los demás. Tratad de dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontrasteis; de esa manera, cuando os llegue la hora de morir, podréis hacerlo felices porque, por lo menos, no perdisteis el tiempo e hicisteis cuanto os fue posible por hacer el bien. "Estad Listos" en esa forma, para gozar una vida dichosa y morir dichosos; asíos a vuestra Promesa Scout siempre, aun cuando hayáis dejado de ser muchachos. Que Dios os ayude a hacerlo así.
Vuestro amigo, Baden Powell of Gilwell
Esta es la verdadera, y sin censurar, historia del atranco anunciado de un grupo de inconscientes que decidieron acompañar a Lluís y Manolo en una loca aventura por el sur de Túnez.
Y toda historia que se precie debe comenzar por sus protagonistas:
COCHE 1 (HDJ80 plata):Lluís “Zorrillo del Desierto”y Carol
COCHE 2(HDJ80 desllantao):Manolo, alias SUPER RATON
COCHE 3 (Toyota vetusto blanco):Jordi Torres y Joan Rus, alias “el Speaker”
COCHE 4 (Nissan Patrol GR):Ripoll “El Terrible o Ripolleitor” y María
COCHE 5 (Toyota KDJ120 o más por la de cosas que lleva):David Sanglas “El centralitas”y Jordi
COCHE 6 (Defender blanco “despiezado”):Joaquín y Marco
COCHE 7 (Terracan camuflado de HDJ100):Josep Sutherland y Pili Suñer
COCHE 8 (Toyota Landcru rojo):Joan y Xavi
COCHE 9 (Mitsu DID verde):Josep “el solitario” (no confundir con el atracador de bancos)
COCHE 10 (Nissan Patrol Culé):Joan “Lupintan Boixos Nois” y Joan “Culé” jr.
COCHE 11 (HDJ80 budweiser):Miguel Mora, alias “el Birras”
COCHE 12 (HDJ 100 “remolcado”):Isa “la reportera” y Marc
COCHE 13 (HDJ100 verde):Quim, alias “el Sulfúrico” y Alex
COCHE 14 (KDJ “Ollero”):Martí y Maite
COCHE 15 (Nissan Navara despiezada):Hermanos “Quiñonero” (el equivalente a los antiguos Hermanos Dalton
COCHE 16 (Navara “Crestas”):Toni y “sufrido”copiloto
COCHE 17 (KDJ color gasoil):Jordi “Alimaña”
COCHE 18 (KDJ KXR KAKAS):Marisa y Luis “Alimañas”
COCHE 19 (Toyota Landcru McGyver):Blanqui y Toni “Alimañas”
COCHE 20 (Discovery “no lo reconoce ni la madre que lo parió”):Pepe “Alimaña”
COCHE 21 (Toyota Hilux Cabrestante quemao):Mar “lastre” y Fran “Alimaña”
Como quiera que nuestra compañera Isa ya ha realizado una crónica pormenorizada del viaje, con mucho talento por cierto, este diario sólo pretende recoger momentos que, o bien el decoro de nuestra compañera, o bien la censura, le han impedido incorporar a la suya.
DIA 1 antes de los Dolores: nada especial que reseñar. Viaje desde Madrid hasta Marsella y llegada al hotel proporcionado por la Organización. Ésta no aparece por ningún sitio y nos indican que no van a ir a dormir allí ni Manolo, ni Lluís. Mal empezamos: ¿qué tendrán que esconder? Para colmo, el que nos dicen que es de Organización, un tal Jordi Torres, lleva un cacharro destartalado de la I Guerra Mundial y un copiloto de lo más extraño. ¿Dónde nos hemos metido?
Entretanto, aparece un comando de HDJoteros con unas máquinas que a su lado nuestros coches parecen de scalextric. Momento de pánico: -Chicos, aún estamos a tiempo de irnos para los Mandriles-. Pero resultan ser majos y tomamos el primer contacto con unos compañeros que seguro nos acompañarán en más aventuras: “el Comando Petaca”. También aparecieron posteriormente el peazo Defender de Joaquín y Marco y el Toyota de Joan y Xavi.
DÍA 2 antes de los dolores:llegamos al puerto de Marsella y un tío muy raro vestido con un mono azul ajustado, con unos calzoncillos rojos por fuera, grabadas en el pecho las letras SR, y con una gorra de chulapo, nos da la bienvenida: ¡pero si nos habían dicho que todos los del viaje eran catalanes...! -Ya está-pensamos- es la típica acción de marketing para que los madrileños nos sintamos como en casa!. ¡Para colmo nos pregunta si sabemos jugar al mus…! Nuevo momento de pánico: ¡definitivamente, dónde nos hemos metido! (hasta el más pintao sabe que ningún catalán sabe jugar al mus…)
Hay cerca otro tío, más bajito, con cara de mala leche, que los compañeros nos dicen que es el tal Lluís y que mucho ojito con quedarnos en las dunas porque el colega se pone verde y es como si se pusiera un tricornio en la cabeza: ¡¡le entra una mala leche…!! Acojonaditos perdidos que estamos ya…
No sé por qué a este día le he llamado “antes de los dolores”, porque la travesía en el barco no tiene desperdicio. Voy a perder poco tiempo en ella porque poco se puede decir cuando uno ha pasado 18 de las 22 horas de travesía dentro del camarote, con la misma sensación que si se hubiera tomado seis copas de garrafón. Pero de las restantes sólo recuerdo tíos vomitando, haciendo eses por doquier y una reunión-briefing fantasma a la que no acudieron más que unos pocos valientes, que acabaron pagando con su salud…
DÍA 3 antes de los dolores:llegada a Túnez y paso fronterizo como era de esperar, ¡un coñazo! Pero ya estamos allí y las emociones se disparan. El “Comando Alimaña” ya empieza a despuntar y a dar muestras de todo su potencial, que demostrará a lo largo y ancho de todos estos días: pasamos los últimos la frontera, llegamos los últimos al Jem, repostamos los últimos, en la última gasolinera y de milagro y llegamos los últimos al hotel de Matmata, por supuesto bien entrada la noche…
Después de una opípara cena nos juntamos con todos los viajeros en el bar del hotel (¡qué raro!) y allí comienza a gestarse el ambiente cordial que impregnará al grupo de aventureros en los días posteriores: una facción radical de boixos nois increpando al grupo de Madrid y pidiendo a gritos la cabeza de todos los madridistas allí presentes, aullando a todo pulmón el glorioso himno del barça y vociferando consignas del tipo: -no sois capaces de ganar ni en los entrenamientos, visca el Barça y visca Catalunya-.
El sujeto más preocupante era una persona madura, que no mayor, de pelo canoso y padre de una “inocente criatura”, allí presente, que con las venas del cuello hinchadas y con una bandera del F.C. Barcelona al cuello profería unos gritos desgarradores y unos gestos amenazantes que nos causaron una gran zozobra y no menos estrés. Alguien nos indicó que era el famoso “Lupintan” y que era totalmente inofensivo, aunque eso no nos alivió demasiado.
Para colmo, el señor bajito de mala leche, va y nos dice que, si no queremos ser linchados por el resto del grupo y quemados en la hoguera de por la noche, nos tenemos que hacer todas la dunas en largas: ¡pero si no sabemos ni cómo se ponen; si estos coches vienen de serie con las reductoras y nunca las hemos quitado…!
En fin, que entre el grupo de radicales con el famoso Quiñonero y el Lupintan a la cabeza y lo de las largas, no pegamos ojo en toda la noche y volvíamos a tener la misma sensación de los días anteriores: ¿pero dónde c… nos hemos metido y quiénes son estas personas tan raras?
DÍA 4 antes de los dolores, pero premonición de los mismos:nos citan a las 4 de la madrugada (esa será una constante a lo largo de todos los días) en el parking del hotel para ver unas casa trogloditas y un bar de la Guerra de las Galaxias: ¡Joder, pero si nadie se las va a llevar a ningún lado…! ¿Por qué tan temprano? Pero parece ser que ha sido idea del señor bajito de mala leche y mejor no provocarle. Así que obedecemos y, por una vez en la vida, llegamos a tiempo a la cita.
Después ya salimos todos juntos rumbo a un oasis que se llama Ksar Guilane. La caravana está más repartida que la lotería del Niño, por lo que cada uno va llegando como y cuando puede. Eso sí, por la emisora vamos oyendo que si éste se ha quedado en la arena ya, que si el señor de la gorra de chulapo ha encontrado barro y no puede acceder por la entrada principal: pero si los madrileños vamos todavía por la carretera y el resto del grupo ya se ha hecho unas cuantas dunas, un par de trialeras y un tramo de barro….
Un breve momento de descanso, las primeras fotos de paisajes y ya nos ponemos en camino rumbo a las dunas. Los “Alimañas”, que así decidimos llamarnos el grupo de madrileños porque pensamos que es el único animal capaz de dar miedo al famoso “Comando Escorpión”, ocupamos un lugar discreto dentro de la caravana. La historia del Comando escorpión la contaré en otro momento por interesante, aunque adelantaré que los viejos del lugar nos habían contado que era un grupo formidable y temido por sus correrías nocturnas y valerosas gestas, y luego resultaron ser una mezcla de Beata Ursulina con nenaza, incapaces de arrancarle las alas a una mosca paralítica. Pero, en fin, eso es lo que tienen las leyendas…
No recuerdo bien ese primer día, sólo que los Alimañas nos pusimos la consigna de poner las marchas largas y sólo quitarlas si el señor de la gorra chulapa y el bajito de mala leche nos tiraban de los pezones con unas tenazas incandescentes…
Y llegó la noche, y con ella el frío glacial y el tormento más extremo a que se puede someter a un ser humano…: ¡¡un fuego de campamento con Territori…!!
Estos fuegos de campamento comienzan indefectiblemente así: los viejos guerreros, ya con mil batallas en el cuerpo con la “Secta Territori”, van tomando posiciones alrededor del fuego. A medida que van llegando los novatillos, éstos se van incorporando al círculo, pero cada vez más lejos del fuego. De manera que, cuando han llegado todos los participantes hay una hilera de veteranos cerca del fuego, y grupos de pardillos, ¡hasta en cuarta fila!, al otro lado del fuego. Lo raro de esa primera noche es que el Señor bajito de mala leche ocupaba la cuarta fila y, por lo tanto, el fuego no le calentaba ni las pestañas. Los Alimañas pensamos que se trataba de un rito de iniciación de la secta Territori y que le estaban sometiendo a tortura para demostrar su hombría, al estilo Orzowei. Más tarde ganaría terreno tirando a uno de los novatos a la hoguera y después devorando sus entrañas…
DÍA 5 ya de dolores: tal y como nos habían amenazado, a pesar de que en el fuego de campamento nocturno hubo varios intentos de soborno, todos ellos infructuosos, aún de noche estábamos todos arriba con más frío en el cuerpo que cuando recibes una notificación de Hacienda. Pero va a ser el primer día completo de dunas y la emoción y la tensión actúan como inhibidores anestesiantes. Según el librito de la organización hoy tenemos que hacer 150 kms. ¡Eso está chupao!
El tío de la gorra, que en un momento de debilidad, al igual que la tuvo Superman, ha descubierto su auténtica identidad y ya todos sabemos que se trata del famoso SUPER RATON, inicia la marcha bastante puntual seguido del grupo de veteranos de la secta: el “inofensivo” Lupintan con su hijo, el Toyotita rojo con Joan y Xavi a los mandos, el Mitsu de “El Solitario”, el Defender de Joaquín y Marco, Martí y Maite (en busca de nuevas ollas que explorar) y David “El Centralitas” y Jordi, aunque éstos últimos también son unos infiltrado del Comando Petaca.
A continuación salen los Hermanos Quiñonero y la Navara de Toni y es fácil seguir su rastro pues vas encontrando lo siguiente: la Navara empanzada en la primera cresta de todas y el pobre copiloto de Toni corriendo de un lado para otro con una eslinga en la mano, los grilletes en la otra, la polea de reenvío encajada en … (en estos momentos tengo que suspender esta explicación pues la censura es la primera vez que actúa: me dice el señor bajito de mala leche que esto lo pueden leer sus hijos y que todavía no ha tenido con ellos la primera charla sobre el tema de la sexualidad y que sería muy embarazoso para él tener que explicar lo de la semillita y el fruto que crece…). En fin, que tiramos de Toni, lo sacamos y seguimos el rastro a Quiñonero. Tampoco es un rastro difícil de seguir: en la primera cuesta arriba te encuentras dos surcos que parecen hechos por un objeto volador no identificado de la Galaxia de Raticulí y Ganímedes y un amortiguador Selex a modo de mojón. En la siguiente ya puedes observar un trozo de diferencial y el primer disco de embrague y al Quiño paleando arena y rellenando la primera carta de reclamación a Nissan Barcelona. No pasa nada, mientras varios ayudan a palear y a llantar la rueda del Quiño, los demás dictan el número de bastidor y realizan un croquis detallado de cómo se ha producido la avería para adjuntarlo a la reclamación a Nissan…
Bueno, esta información no es del todo cierta porque, normalmente, el Comando petaca ha salido antes que las Navaras y tampoco es difícil seguir su rastro; basta con ir atento a la emisora de 27 (el sulfúricos no ha hecho los deberes y no lleva la de 2 metros…) y oír conversaciones como ésta: -Joder, mi cambio australiano McKinley Alfa 07 en combinación con la centralita Stifjauer pro 7000, ¡cómo peta tío! Esta foto me la haces para la peña del foro, que van a flipar, tío- (Miguel el Birras). –Guay, tío. Esa subida es súper técnica, pero le meto mi bloqueo y me da un subidón. Osti tú cómo van los HDJ y en el foro van a ver estos maquinones en acción- (Isa la reportera). A continuación se produce un intercambio de parejas y, de repente, Isa conduce el coche de Miguel el Birras, Quim está esnifando en el bote de sulfúrico, mientras Alex ha cogido el coche de Marc y uno de el foro, que estaba en Barcelona, se ha acercado para probar el nuevo coche de Quim y comprobar la fiabilidad del nuevo botón que desconecta por ósmosis la suspensión neumática… ¡Estos chicos son así!
Ni que decir tiene que el último grupo está formado por los coches escoba oficiales, Jordi Torres y Joan Rus y Ripolleitor y María, el Terracán camuflado de Josep Sutherland Suñer y el Comando Alimaña. Bueno, la verdad es que el último de todos va el señor bajito de mala leche, pero mejor no despertarle…
Los kilómetros se van sucediendo inexorablemente, pero algunos datos nos comienzan a hacer dudar de que estemos llevando el ritmo correcto para realizar los 150 previstos: en la primera parada nos da tiempo a fumar un cigarro y a comentar las duna superadas; en la segunda alguien ya saca una bota de vino y se entablan tertulias ya más profundas (nací en un soleado mes de marzo y tuve una infancia feliz…); en la tercera un grupo aquí y allá saca las mesas y las sillas y alguien desempolva un jamón serrano que comienza a cortar con salero; en la cuarta Miguel el Birras saca una Play Station y se organiza una liguilla con dieciseisavos de final, octavos, cuartos, semifinales y final; pero la pista definitiva de que no íbamos muy bien del todo la tuvimos cuando Jordi Torres, negociando con pericia un cordón de dunas, mira por el espejo retrovisor y ve como un caracol con cantimplora y con el intermitente dado le pide paso y le adelanta arrancándole las pegatinas… ¡Momento de terror! Una nueva consulta al libro de Territori y, según el guión previsto, hoy deberíamos llegar al Kurdistán (región sin acceso al mar situada en el occidente de Asia, al norte de Oriente Medio y al sur de Transcaucasia…) y sin embargo, después de doce horas de marcha miramos hacia atrás ¡¡Y AÚN VEMOS LOS RESCOLDOS TODAVÍA CALIENTES DE LA FOGATA DEL ÚLTIMO CAMPAMENTO…!!
Los jefes de la secta de Territori, es decir Súper Ratón y el señor bajito de mala leche, convocan a una reunión urgente y nos explican que han aplicado unos logaritmos neperianos para saber la densidad de la arena, han realizado sendos estudios geológicos y han inducido unas proyecciones alfa sobre la inclinación de los cordones de dunas y han llegado a la conclusión de que la arena está muy mal y que vamos como el culo… Conclusión, que desandamos lo ascendido y bajamos a una zona más llana para montar el campamento a las 4:30 de la tarde…
Varios eruditos han intentado estudiar el fenómeno Territori para desentrañar el misterio de montar un campamento a las 16:30 o a las 17:00 horas a lo sumo, para luego levantar a la gente a las 4 de la mañana, cuando aún es noche cerrada y ni siquiera han puesto las dunas, pero tras millones de euros gastados y años de investigación invertidos, nadie ha podido resolver el enigma.
Total, que volvemos a estar como al principio: los jefes de la secta alrededor del fuego y los pardillos, vulgo novatos, hacinados unos contra otros para combatir la gelidez a una veintena de metros del calor salvador…
No me atrevo a narrar las cosas que suceden, ni que se dicen, durante esos fuegos de campamento porque creo que irían en contra del Tratado de la Onu, la Declaración de Derechos humanos y el Tratado de Ginebra juntos. Lo más que puedo detallar es que el Sr. Ripolleitor se pasa la mayor parte del tiempo arrojando Baobabs y Sequoias gigantes dentro de la hoguera y luego se pasea por todo el círculo con una botellita metálica del decathlón ofreciendo un líquido extraño a todos los presentes. El resultado: que los que no han probado de la botella se van pronto a la cama a descansar y el resto se quedan hasta altas horas de la madrugada profiriendo sonidos guturales aterradores y unas risotadas que te ponen la carne de gallina y al día siguiente se pasan todo el día paleando arena y arreglando desllantadas.
Nota al margen: volver a mandar a los eruditos y científicos para que estudien este comportamiento.
DÍA 6 también de dolores:ha estado lloviendo durante toda la noche y todo hace presagiar un día movidito. No pasa nada, nueva mirada al libro de la Organización y nuevas esperanzas se abren en el grupo Alimaña: hoy también está previsto que hagamos 150 kilómetros. ¡A la segunda va la vencida…! Hoy seguro que los hacemos. Según el libro hoy deberíamos llegar a las Islas Cook (en medio del Pacífico), pero con que nos acerquemos hasta El Callao (Perú) nos daríamos por satisfechos. No en vano expediciones españolas de hace siglos lo habían conseguido con menos medios…
En fin, que nos ponemos manos a la obra, más o menos con el mismo orden descrito en el día anterior.
Pero, ¡Ay, amigos! Que pasa Súper Ratón por las rodadas y vale; pasan los voixos nois y también vale; pero al tercero que pasa esa arena ya parece una trialera de barro de la comarca del Llobregat, ¡non fotis, nano, collons de pato!
Para colmo, es el día que a Martí le da por explorar ollas nuevas y encuentra una en la que decide quedarse a vivir allí un par de días. Dos o tres cabrestantes y tres pares de eslingas le convencen de que abandone su idea y de que se reincorpore al grupo. Eso sí, de recuerdo decide dejar allí su paragolpes trasero y parte del escape. Si es que es un sentimental en el fondo…
Los ánimos se encuentran como las personas, pasados por agua, porque no deja de llover y hace un frío que pela. El Sr. Ripoll, que ha tenido que solucionar algunas averías, se ha tenido que cambiar ya tres veces de ropa y presenta claras marcas en la cara del rodillo de María.
Hoy es el día de “San Desllanto” porque en mi vida había visto tantas desllantadas juntas. Si el día anterior era lento en la marcha, hoy algunos miembros del Comando Alimaña deciden ir a visitar a unos parientes que tienen en Totana (Murcia). Al regreso de la visita el resto del grupo ha logrado recorrer ¡¡¡9 KILÓMETROS EN TODO EL DÍA!!!
Cuando el Sr. Bajito, que ahora tiene más mala leche que nunca porque ha tenido que meterle tres bidones de 100 litros de aceite cada uno a su cabrestante para sacar a todos los coche de las ollas, decide convocar a una nueva reunión para poder salir de las dunas antes de que se nos haga de noche, resulta que ya es demasiado tarde y tenemos que acampar a “sálvese el que pueda” y “marica el último” en mitad del cordón de dunas. El resultado es que se establecen tantos campamentos como logias masónicas hay dentro del grupo. Y el único aspecto positivo es que esa noche no hay fuego de campamento: pasaremos el mismo frío de siempre, pero los viejos guerreros de la secta Territori pasarán el mismo que los demás…
DÍA 7 ya de dolores extremos: ¡No, por favor! Vuelve a sonar el despertador a las 4:30 de la mañana (o al menos eso parece por lo de noche que es y el frío que hace…). Hoy no llueve, por lo que está cantado que HOY SI QUE HACEMOS LOS 150 KILÓMETROS. Ya no me atrevo a mirar en el libro de ruta para ver a dónde tendríamos que haber llegado hoy, para no deprimirme más, pero según mis cálculos es en algún lugar indeterminado del planeta en el que todavía no ha pisado el ser humano. En fin, con que salgamos del cordón de dunas en el que estamos metidos me conformo…
Este día es parecido al anterior: con el suelo en pésimas condiciones pues, cuando han pasado tres coches, la capa dura se rompe y aparece el tan temido barro. Sólo me acuerdo de un detalle importante de ese día y es que conducía con el pañuelo anudado a la cabeza y el machete entre los dientes, al estilo Rambo, para no quedarme, encabezando el grupo de los Alimañas, cuando me encuentro ante dos roderas distintas y, para no variar, elijo las malas cayendo en una olla terrorífica. Elegí ese camino porque David Sanglas estaba ahí y me pareció que ese era el camino a seguir. El coche se queda empanzado hasta las trancas y con una rueda en un cruce de puentes imposible… Nunca olvidaré ese terrible momento: se me acerca David Sanglas con la parsimonia que le caracteriza (él estaba recogiendo ya el cabrestante, la pala, las eslingas, la retroexcavadora, la tuneladora de Gallardón y demás material de desatranco…) y muy, muy dulcemente y suavemente me dice: - no es por desanimarte, pero yo he tardado más de dos horas en salir de ahí…- y se aleja tan tranquilamente, dejándome a mi una cara de gilipollas, como sólo se te puede quedar cuando has hecho una cagada de campeonato.
Ahí mi Mari Mar, que por un momento había dejado de dormir dentro del coche (calculo que de los 10 días de viaje, Mar ha podido dormir unas 193 horas) saca la pala y, comoposeída por el diablo se pone a cavar, y a cavar, y a cavar (debió estar como 15 minutos cavando sin parar, como enloquecida) hasta que le dije: -gracias, cariño, pero es en las otras ruedas. Tenemos que salir hacia adelante.- No sé ni cómo, ni por qué, pero me desperté cuando el resto de los Alimañas trataban de desincrustarme la pala del píloro. En fin, que si no llega a ser por Toni y su Navara, ahora mismo estaría escribiendo estas líneas desde esa misma olla, eso sí con la pala desincrustada de mi pobre organismo.
Ya con más pericia, después de llevarme varios pescozones del Sr. Ripoll (el pobre, con una paciencia infinita, trataba de introducir en mi dura cabeza las técnicas necesarias para moverse por la arena sin parecer un jodido paralítico), pasamos un día mucho más divertido y llegamos a hacer ¡¡CASI 40 KILOMETROS!!
Ya casi de noche, una nueva reunión de los cabecillas de la secta Territori nos lleva a la zona más baja de las dunas para poder acampar antes de que oscurezca definitivamente. A esa reunión no asistieron Súper Ratón y sus acólitos por encontrarse haciendo turismo en la zona más alta del cordón de dunas.
Esa noche se recordará en Territori 4x4 allende los años y las rutas y será contada en todos los fuegos de campamento y pasada de boca en boca por todos los aventureros que caigan en la logia Territori, como “LA REBELIÓN DE LOS NOVATOS” y marcará un antes y un después en los fuegos de campamento africanos.
Un grupo de valientes, todos ellos del grupo de pardillos, capitaneados por el creador del Sindicato de los novatos, D. Jordi Alimaña, deciden rebelarse contra los miembros del Comando Escorpión y, desafiando a la muerte y a una terrible venganza, organizan dos fuegos aparte del principal. Junto a ellos se irán concentrando el grupo de desarrapados de las dunas. Era como tener por un lado la zona de la Diagonal y las Ramblas y por el otro el Carmel, todo hundido y el Barrio Gotico i Sant Pere. En fin, que siempre ha habido clases…
Pero esta lucha de clases no desmereció esta última noche de acampada, en la que la Amistad y la Fraternidad ente los acampados brilló a mucha altura. Y digo lo de que brilló a mucha altura, porque el bestiajo de Ripoll se dedicó a quemar todo lo que encontraba a su paso y que tuviera las dimensiones del portaaviones Nimitz y el Camp Nou juntos y un momento hubo en que estuvimos a punto de perder varios de los coches (algunos sí perdieron las cejas y las pestañas del calor).
Como muestra de generosidad y de clemencia, SR y el señor de mala leche (aunque se había ido domesticando por el camino y ahora, de vez en cuando, asomaba una leve sonrisa a sus labios) nos dejaron levantarnos al día siguiente a las 4:45. Si es que en el fondo son humanos…
DÍA 8 y último de dolores:ya es el último día de viaje 4x4 y me niego a mirar el libro de ruta. ¡Para qué, si nunca lo cumplimos…! Pero hoy tenemos que llegar a Matmata cueste lo que cueste. Más que nada porque llevamos cinco días sin ducharnos, ni lavarnos y tengo una colonia de liendres y garrapatas en determinadas zonas de mi cuerpo que no mencionaré por respeto a los niños que lean este diario.
Por desgracia el grupo, que ya se va pareciendo a los damnificados que volvían del Vietnam, se tiene que dividir en dos subgrupos: los que llevan el coche muy tocado, por un lado y los que llevan el coche muy tocado y todavía no lo saben, por otro… Los primeros deciden no pasar el último cordón de dunas y regresar por la Hamada que, según el libro de ruta debería encontrarse a 2.780 kilómetros de nosotros, pero que en realidad, con los pocos kilómetros que el desierto nos ha consentido hacer, se encuentra a tiro de piedra. El Defender de Joaquín y Marco, el Toyota de Martí, el desguace de la Navara de Quiño y la Navara de Toni (que decide acompañar a su compañero Martí), junto con lo que queda del coche de Jordi Torres (es que ese coche no se sabe si está roto o que es así de serie), abandonan al grupo a su suerte y se van directos a Matmata. Los demás enfilamos el último tramo de dunas y ponemos el morro dirección a Ksar Guilane.
Ahora sí que tengo que ponerme un poco serio porque son los momentos más tristes del viaje: aquellos en que vislumbras el final de las dunas y ves próximo el momento de volver a poner las presiones de las ruedas en el modo “normal”. Es una sensación agridulce, en la que se mezcla un poco la morriña de volver a ver a los seres queridos que has dejado en casa y la nostalgia del desierto, que siempre ejerce una poderosa llamada a la que no puedes resistirte. Es casi como la odisea de Ulises, el héroe griego, cuando decide atarse al mástil de su barco para escuchar el canto de las sirenas (acordaros que era un canto irresistible para los marinos, que eran atraídos a ellas para hacerlos naufragar). Así me siento yo con el desierto: ejerce sobre mí una llamada tal que no puedo oponerme a ella.
Pero para hacer menos amarga la despedida del desierto, Manolo -Súper Ratón para los amigos- nos regala una pista maravillosa para ir de Ksar Guilane a Matmata.
DÍA 9 de amargura y siguientes: ya no me quedan fuerzas, ni ganas, de narrar la vuelta hacia Hammamet y el regreso en el barco. El viaje auténtico acabó en Matmata y allí quiero que se queden mis recuerdos hasta que pueda volver al continente africano.
Todo el esfuerzo y el tiempo que he invertido en narrar mis impresiones de este viaje, siempre en clave de humor y con la intención de que nadie se sienta ofendido, se lo dedico a 37 personas entrañables y estupendas compañeras, a pesar de ser cada uno de nosotros de nuestro padre y de nuestra madre, incluso del Barça y del Madrid.
Este es mi pequeño homenaje a la Gran familia de Territori 4x4 y con él vuela el deseo de volver a encontrarnos en el próximo viaje. ¡Mucha mierda para todos, como decimos en mi profesión!
Mi querido amigo Joan Rus, al que veo poco pero nunca olvido, está decidido a que esta canción de la vuelta al mundo. Pues nada, le echaremos una mano. También se la dedico a mi querido Amigo, Jaime, mi "borrachín" querido de Fincas Tar, para que no se deprima por mi ausencia. He visto muchísimos blogs con la misma canción y el mismo vídeo. Pues yo, como soy tan chulo, os cuelgo dos distintos para que elijáis, ¡hale!
Campaña “Por un euro consigue 1 día de libertad para un mantero”. “Liberar de la esclavitud de la ley… antes se compraba su libertad, ¿no?... Ahora también”.
Los manteros son condenados a penas de prisión y multa. Cuando la pena de multa no se puede pagar, se transforma en días de prisión. Como la mínima son 12 meses multa, según la ley, al menos tienen que cumplir 6 meses de cárcel. Muchos manteros en cuyo favor hemos pedido el indulto, se encuentran en esa última fase de cumplimiento de las penas de multa, de manera que si se pagasen las multas (en torno a cuatrocientos euros) podrían salir en libertad de forma inmediata. Como es obvio, vinieron huyendo de la hambruna y no tienen dinero. Es una nueva forma de “prisión por deudas” que estaba desterrada de nuestro derecho. La sobreprotección de la propiedad intelectual está provocando esta injusticia: el que no tiene dinero está más tiempo en la cárcel.
Queremos ahorrar sufrimiento inútil a estas personas que arrastran una historia personal frustrante. También sensibilizar a los políticos, a los operadores jurídicos y a la sociedad en general sobre esta injusticia. Poniendo cada uno un poco, conseguiremos la libertad de los top-manta. Esto ya lo hemos conseguido con un mantero africano que se encontraba cumpliendo condena en la cárcel de Villabona y tenemos otras seis personas en similares condiciones. Ya se han apuntado a poner una cantidad de dinero algunos jueces, fiscales, secretarios judiciales, abogados, particulares sensibles con este tema… Una cantidad ridícula de dinero, puede abrir las puertas de la cárcel y la conciencia de la sociedad.
Esta campaña es paralela a la que se está llevando desde diversas plataformas consistente con la presentación de indultos ante el Ministerio de Justicia. Actualmente desde la plataforma de artistas “ni un mantero en prisión” se han presentado 50 solicitudes de indultos de manteros presos. Algunos ya se están logrando. Su perfil es de africano sub sahariano, que llegó en patera entre 2003 y 2008 y, al carecer de documentación para trabajar,para evitar ser utilizado de esclavo cuidando obras por un euro la hora,ante la necesidad de sobrevivir, se encontró como única salida digna la venta de CD, comerciando, que es lo que en su tierra sabían hacer. Personas desconectadas de la asociaciones delictivas que plagian los CD, los compran a gente concreta para revenderlos. Consiguen 110 euros al mes, lo justo para pagar una casa multicompartida y seguir esperando que lleguen los tres años, para poder regularizar su situación. Esto les ha llevado a la cárcel. El miedo, el temor, la angustia de sentirse perseguidos y encarcelados, ha incrementado aún más el drama personal de quienes vinieron a buscar una vida un poco mejor arriesgándola.
La Secretaria General de Instituciones Penitenciarias ha posibilitado la visita a los manteros presos por abogados comprometidos con esta campaña, lo que se está haciendo en la actualidad. Junto a la presentación de los indultos se realiza una solicitud de suspensión de condena a los jueces sentenciadores para que suspendan la condena durante la tramitación del indulto. Sin embargo, incomprensiblemente son poco los que lo conceden por la oposición directa de la Fiscalía, que sigue manteniendo una posición dura. En realidad, incomprensiblemente, la Fiscalía es el último bastión de este planteamiento represor para ilícitos de nimia relevancia jurídica: el legislador ya está cambiando y los políticos han aprobado una proposición no de ley para descriminalizar este tipo de conductas; los jueces absuelven cada vez más y algunos que condenan solicitan de oficio el indulto; los mismos artistas y creadores directamente afectados se rebelan contra esta situación que tampoco puede convencer a nadie por la desproporcionalidad que introduce y la costosa ineficacia que supone para defender el derecho legítimoa comer del propio trabajo creativo. Entre tanto, los manteros continúan en prisión. Con unos pocos euros arreglamos este desaguisado y nos concienciamos todos que hay maneras más justas y menos crueles de proteger los derechos de autor.
La gestión de la distribución del dinero a los manteros se realizará a través de la asociación de mediación para la pacificación de conflictos (G84213859) uno de cuyos fines es la promoción de los derechos humanos; n. 2100 2958 59 0200216853.
Los días 4, 5 y 6 de septiembre cumplimos uno de los objetivos que Rubén se había marcado en su todavía corta vida de “motero”: dar la vuelta a la Comunidad de Madrid por las carreteras limítrofes a su contorno. En total unos 580 kilómetros de divertidas y variadas carreteras. Así, el viernes 4 de septiembre nos dimos cita en el pueblo de Cenicientos: Rubén, con su flamante Custom Kawasaki de 125 cc; Alex, con su Daelim también de 125 cc; David Rubio, con una peazo Yamaha de 600 cc; Toni, con su inseparable Suzuki V strom y yo, que esta vez decidí acudir con mi noble y fiable Suzuki Burgman de 400 cc. Rubén, infatigable e insuperable organizador, lo tenía todo previsto: sus rutómetros indicaban con precisión milimétrica los tiempos y kilómetros a invertir en cada uno de los tres días de aventura. Con la dificultad añadida de que teníamos que estar el sábado por la tarde en Cercedilla para participar en una actividad nocturna de montaña de nuestro querido grupo “Trotamontes”. Pero ninguna previsión puede con el inefable espíritu español, empeñado en saltarse a la torera todas las normas impuestas. Así, las paradas se sucedían por pueblos invariablemente en fiestas y que devenían en torpes y lentos avances por sus entrañas. Total que, sobre las 7 de la tarde (teniendo en cuenta que la ruta había comenzado sobre las cinco…) decidimos irnos a dormir a casa de Alex en Colmenar de Oreja. ¡Casi nada, 100 kms. antes de lo previsto para ese día y que habría que acumular a la larga etapa del día siguiente, que impepinablemente debía culminar en Cercedilla: ¡quién dijo miedo…! La verdad es que el único culpable fue Alex pues, como si de un canto de sirena se tratara, nos llenó la cabeza de imágenes de su sugerente piscina, tenuemente iluminada en la noche Colmenareña, y la promesa de unas cervezas fresquitas y agua libre de bacterias y minerales de su depósito osmotizado y uperisado marca ACME. Ante tal perspectiva, rápidamente llamábamos a su mujer avisando de la inminente invasión y la promesa de estar en casa sobre las 8 de la noche. Llegábamos sobre las 12:30 de la noche, sin una explicación muy convincente que llevarnos a los labios y sin que su entrañable y simpática mujer nos recibiera con el rodillo de amasar: ¡qué diferencia de carácter comparado con la mía…! Sólo pudimos balbucear torpemente que si al pasar por Aranjuez estaban en fiestas, que si nos quedamos a ver el ambiente, anda qué pinta que tienen esas costillitas que sirven en esa terraza al aire libre… Total, que una cosa llevó a la otra, la otra a la de al lado y ya de noche cerrada recorríamos los pocos kilómetros que unen Aranjuez con Colmenar de Oreja. La hospitalidad de la familia de Alex, de primera. Cinco cazurros con sus cinco motos avasallando el jardín y el garaje y haciendo más ruido que los pulmones de un fumador de tres cajetillas diarias, no son plato de gusto para nadie. La tertulia se prolongó hasta más de las tres de la mañana, momento en el que decidimos tomar posiciones por la casa de Alex. Toni y yo nos hicimos fuertes en el sótano en construcción y David y Rubén optaron por acampar en la terraza, a la intemperie. Craso error, je, je; no contaban con lo “cariñoso” que es el perrito de Alex y que, enamorado perdidamente de David, se pasó casi toda la noche intentando consumar su Amor con su nuevo amante. Varios intentos amorosos infructuosos después, el perro fue confinado en la piscina, momento en el que se dedicó a aullar su perdido Amor hasta las 7 de la mañana, momento en que fue liberado. En resumen, a pesar de no hallarnos en la Comunidad Autónoma de referencia, la noche fue de las denominadas “Toledanas”. Más muertos que vivos, casi conseguimos salir a las 8 de la mañana, hora infame prevista a pesar del trasnochón. Y este día no valían las tonterías, pues había que recuperar lo de ayer y los kilómetros de la etapa más larga. En mi modesta opinión, que vivo en la zona norte de Madrid, la parte sur de la Comunidad se reveló como la parte más dura y algo más fea. Tanto es así, de dureza, me refiero, que en una de las carreteras secundarias por las que circulábamos, cerca de Villamanrique de Tajo, Rubén frenó al no tener clara una curva y la dirección a seguir y Alex, que iba detrás, al tocar el freno le derrapó la rueda delantera y acabó con su moto y sus huesos por el suelo. La verdad es que yo, que iba detrás, no tuve tiempo de asustarme pues Alex cayó y se levantó con tanta agilidad que apenas tuve tiempo de darme cuenta de lo sucedido. Ahí aprendimos una gran lección: nunca lleves cosas en los pantalones y la chupa de la moto; lo único que se rompió fue el móvil que Alex llevaba en la chaqueta y que se desintegró con la caída. En honor a la verdad he de decir que circulábamos por una pista, más que por una carretera secundaria. Pero pista, pista de verdad: con su gravilla, sus roderas, sus pequeños vadeos… Lo pasamos realmente mal ese tramo. Con el susto en el cuerpo logramos salir de ese infierno de carretera y nos dirigimos hacia Extremera, donde repostaríamos y tomaríamos un café. La verdad es que no andábamos muy sobrados de tiempo y ya amenazábamos con tener que recortar trozos de ruta por la necesidad de estar por la tarde en Cercedilla. Pusimos ruedas en polvorosa en dirección al Berrueco, donde nos abandonaría Alex por necesidades familiares pero, por enésima vez, nos encontramos con un pueblo en fiestas, Torrelaguna, que nos obligó a modificar nuestro itinerario por no poder acceder a la carretera que lleva directamente a El Berrueco. La Suzuki y yo les guiamos por una maltrecha, pero bonita, carretera de montaña que nos llevó a La Cabrera, para luego enfilar la que conduce directamente a El Berrueco. Allí decidimos, una vez hubiésemos llegado a Robledillo de la Jara, ir directamente a Paredes de Buitrago y Prádena del Rincón sin hacer la zona de Puebla de la Sierra y el Puerto de la Hiruela. Es de lo más bonito de la ruta, la verdad, pero pensábamos que si no no llegaríamos a Cercedilla a la hora. El miedo que yo tenía antes de empezar la ruta era que las motos de Alex y Rubén, de 125 CC, nos retrasarían en demasía. Pero la realidad fue que mantenían un ritmo de 100 km/h sin ningún problema. Este hecho ayudó a que, sobre las 14:30 h estuviésemos comiendo en el Puerto de Somosierra, en el restaurante de toda la vida que está en frente de la gasolinera. Comimos como reyes, saboreando las anécdotas de la jornada y echando mucho de menos a nuestro amigo Alex y en una hora nos poníamos rumbo a Cercedilla. Encaminamos nuestros pasos a Robregordo y, para llegar a La Acebeda, elegimos una carretera de montaña ya olvidada, que nos hizo recordar la caída de Alex y los momentos vividos por la mañana. Menos mal que esta vez no hubo contratiempos. Menos la moto de Toni, que se fuma un puro por esos caminos, la de David, la de Rubén y mi Suzuki no se encuentran muy cómodas en las pistas o carreteras muy rotas. Lo bonito del camino y el ritmo constante que llevábamos nos ayudaron a solventar la pesadez de la comida y, antes que canta un gallo, estábamos en el Puerto de cotos haciéndonos las fotos de rigor. La idea era hacer una foto de todas las motos con los posters de la ruta que había diseñado Rubén. Con la tecnología de Rubén, que se había llevado un minitrípode y un mando a distancia para la cámara, intentamos hacer la foto. Pero la realidad es cruel y desde tan lejos no funcionaba el mando a distancia. Rubén se acercaba a la cámara, accionaba el disparador y salía corriendo para subirse a su moto pero, invariablemente, la cámara disparaba antes de que él estuviera preparado y en pose. Esta acción debimos repetirla una docena de veces y, al principio, nos partíamos de risa. Pero nuestros encantos masculinos entraron en acción y convencimos a dos viejecitas de más de 70 años para que nos ayudaran accionando el mando a distancia desde más cerca. Je, je, ¡cómo son los mayores con la tecnología! Primero intentaban disparar desde Pamplona y no salía la foto. Luego se colocaron detrás de la cámara y accionaban el mando poniéndolo delante de la cámara por lo que sólo salían sus manos. Nosotros, los modelos, que entre los intentos de Rubén y los de las viejecitas ya llevábamos más tiempo sujetando los posters que el que se tardó en construir El Escorial (luego pasamos por allí, ¡qué bonito es!), a punto estuvimos de coger los carteles, la cámara con su trípode y el mando a distancia e introducirlos por el tubo de escape de Rubén (el suyo, no el de su moto). Las amenazas debieron surtir su efecto porque, 10 ó 12 intentos después, la foto se pudo hacer a satisfacción del fotógrafo. Ya solamente tuvimos que perder un poco de tiempo en avisar a los familiares de las amables viejecitas y organizar un entierro digno, pues habían muerto de frío intentando hacer la maldita foto a gusto de Rubén. ¡Descansen en Paz! Y cosa increíble, sobre las 6 de la tarde hacíamos nuestra entrada triunfal en las dehesas de Cercedilla, una hora antes de lo dispuesto en el plan original. Nos relajamos tomando una coca-cola y Toni, el más listo de todos, decidió irse a dormir a su casa en lugar de acampar a la intemperie en el Mirador de Luis Rosales, pasando otra nochecita Toledana. ¡Le alabo el gusto y la sensatez! A la mañana siguiente se reuniría con nosotros sobre las 8 en el mismo sitio. A la hora acordada llegaba nuestra asistencia en forma de Mariajo, Rosalía, Javi, Auxi y demás amigos de Trotamontes con la cena, dispuestos a compartir una maravillosa velada nocturna en el Mirador de Luis Rosales, sin más testigos que las estrellas y las lejanas luces que pueden verse de las poblaciones cercanas. La experiencia fue maravillosa y la noche fría, pero íbamos bien preparados. A las 7 salíamos del Mirador y sobre las 8 y media nos encontrábamos con Toni en el aparcamiento de las Dehesas. Comenzó a llover y nos temimos lo peor, pero sólo fue un pequeño aguacero que se olvidó con un suculento desayuno en Cercedilla, al lado de la estación. La mañana fue inolvidable pasando por El Escorial, por el puerto de la Cruz Verde y de ahí a Robledo de Chavela. Allí también decidimos cambiar un poco el itinerario para recorrer unas maravillosas carreteras que se conoce Toni y que nos llevaron a El Tiemblo. Por cercanía decidimos acercarnos a los Toros de Guisando y hacer allí una pequeña paradita. Y como no hay dos sin tres, volvimos a decidir cambiar el itinerario por lo que les llevé a Cadalso de los Vidrios atravesando la Urbanización donde mis padre tienen un chalet, Entrepinos y de ahí nos fuimos a Rozas de Puerto Real para, por una carretera ya casi olvidada y con muy poco uso, volvimos al punto de partida, Cenicientos, dando por terminada la ruta.
Como he estado muy liado los últimos meses, tengo un poco abandonado el Blog. Así que, aunque me faltan algunas entradas de aventuras y experiencias anteriores, voy a ir cogiendo de nuevo el pulso a escribir y colgar las actividades que para mi son importantes. Voy a comenzar por la primera excursión que he realizado con mis compañeros de Fincas Tar. El sábado 12 de septiembre por fin quedamos para realizar la primera excursión de compañeros de Fincas Tar. Llevábamos tiempo postergándolo porque es muy difícil ponernos de acuerdo en las fechas. Yo creo que también había un poco de vaguería, pues andan un poco desentrenados. Pero me he propuesto ponerles en forma a base de marchas por la montaña, ya que a base de regímenes no va a ser posible, comenzando por mi.
Este sábado habíamos quedado a las 10 de la mañana en Garganta de los Montes y la verdad es que fuimos muy puntuales. Allí nos encontramos Mariví, su marido Miguel, Carmenchu, Javi, Jaime, Miguel “Pentium”, Vicente y yo.
Como todavía no se sentían en forma como para realizar la excursión de ida y vuelta, decidimos dejar dos coches en Garganta y con los otros dos irnos hasta Bustarviejo, lugar de comienzo de la ruta.
La marcha discurre por una vía pecuaria muy tranquila y bonita a lo largo de unos 12 kilómetros en los que no se atraviesan poblaciones.
Desde el principio las bromas y el buen humor se sucedieron y las chanzas sobre lo “gay” que era la ruta me martirizaban sin descanso. De todas formas, ya sabía que según fueran pasando los kilómetros no iban a estar tan gallitos…
No puedo dejar de describir a mis compañeros de ruta, comenzando por mi mismo. Yo, en mi profesionalidad, iba cargado con botiquín, kit de “cagaleras inoportunas”, agua en camel-bag, barritas energéticas, navaja multiusos, bastones telescópicos y ropa técnica montañera de última generación.
Jaime optó por un look gaditano-playero, que consistía en: pantalones cortos de cuadros, camiseta con inscripciones haciendo apología del consumo inmoderado de cerveza, bambas blancas y mochila escolar azul clarito cargada con una nevera con seis cervezas y almendras.
Debo reconocer que me hizo mucha “pupita” el oír que, en la primera parada, lo mejor de la excursión estaba siendo ¡¡la cerveza fresquita de Jaime!! Ni siquiera eran los hermosos paisajes, la ruta excepcionalmente elegida por mi, ni la naturaleza en estado puro en un día soleado, aunque sin excesivo calor, y perfecto para andar. ¡Cría cuervos y te sacarán los ojos…!
Carmenchu se decantó por un disfraz de árbitro, todo negro, aunque con mallas largas ajustadas y camiseta de Calvin Klein con letras de brillantitos y zapatillas negras de pilates de gimnasio de Pozuelo. Al conjunto no podía faltarle un bolso-mochila de cuero negro y unos tres o cuatro kilos de peso en colgantes varios, pulseras con ositos, pendientes a lo faralai, etc.
El resto de participantes combinaba con elegancia los pantalones piratas vaqueros, con los tenis, o las botas de montaña con las camisetas Kukuxumuxu con dibujos cachondos y de actualidad. ¡Vamos, un cuadro de grupo!
Como era de esperar, 6 ó 7 kilómetros después de las primeras chanzas y críticas a mi rutita de parapléjicos o de jubilados del Inserso, aparecieron las primeras críticas a lo malo del estado de la pista, de las roderas y piedras sueltas y que si el trayecto era cuesta arriba: ¡pero si en todo ese tiempo apenas habíamos subido 20 metros de desnivel! ¡Vamos, como si el estado del camino tuviera la culpa de nuestras barrigas cerveceras y contornos comparables al de un luchador de Sumo…!
Ya en el kilómetro 9 nos topamos con la única dificultad de toda la ruta: una señora cuesta de casi medio kilómetro de largo. Aquí las diferencias de forma física se hicieron palpables de verdad. Jaime, con todo su look playero y más cargado de cerveza en su barriga que la masa que desplaza el portaaviones Nimitz, tomó la delantera con pasmosa facilidad, dejando al resto de compañeros más tirados que una octavilla de rebajas del Lidel en el barrio de Salamanca.
Carmenchu, que no llevaba mal ritmo, intentaba infructuosamente adelantar a Jaime y ganar al que suscribe, por lo que perdió una coca-cola en una loca apuesta. Por supuesto, como de costumbre, no la pagaría pero esta vez por causas de fuerza mayor.
Al tran-tran, con un ritmo cansino y cochiquero, subían Vicente y Miguel “Pentium”, seguidos muy de cerca por Mariví. Claramente se veía que Mariví subía por encima de sus posibilidades, intentando mantener el ritmo de estos dos elementos, pues en el primer falso llano del primer tramo de la subida le dio un jamacuco y casi tenemos que avisar al Samur para que la reanime. Aunque no estaría tan mal porque, mientras avisábamos a su marido para que viniera a atenderla, ella aseguraba, entre respiraciones entrecortadas y jadeos, que casi mejor avisáramos a un mulato de metro noventa y músculos poderosos…
En la cola del pelotón, como durante toda la ruta, podíamos encontrar a Javi y Miguel “Pichón”, con un ritmo que no podemos considerar ni siquiera de cansino. Recuerdo que, en un par de ocasiones, un caracol les puso el intermitente y les adelantó sin piedad, profiriendo toda clase de exabruptos por ir tan despacio ocupando toda la pista.
Ya cerca de Garganta de los Montes, viendo que a ese paso no íbamos a llegar ni a cenar a Pinilla del Valle, decidí coger un atajo y atrochar hacia el pueblo por un senderito que se aleja de la carretera. La verdad es que fue un acierto y sobre las 14:15 estábamos degustando unas cervecitas en un bar cercano a la iglesia de Garganta. ¡Qué placer podía leerse en las caras de los aguerridos andarines! Ojalá se desplazasen por el monte con esa misma cara de alegría…
Como la suerte estaba de nuestro lado, justo cuando estábamos en la terraza del bar estalló una tormenta monumental. Llovía más que cuando enterraron a Zafra… Así que, salimos cagando leches hacia los coches y nos fuimos hacia Pinilla del Valle cayéndonos la del pulpo.
Cuando llegamos al “Corralón del Embalse”, restaurante en el que íbamos a comer, ya no llovía pero unos extraños nubarrones de tormenta salín del interior del coche de Carmenchu. Me llamaron y me acerqué para enterarme de que Carmen había perdido la cartera, presumiblemente en Garganta de los Montes al sacar el chubasquero y el paraguas.
Como conduciendo me fío menos de ella que de un acreedor cabreado y con un bate de béisbol en la mano, le propuse acercarnos con mi coche y ver si la recuperábamos. En Garganta seguía lloviendo como si le debiéramos dinero y el solo hecho de bajarnos a preguntar al bar supuso que nos pusiéramos como sopas. Nos dijeron que no habían encontrado nada y desandamos, en coche, el camino hacia donde habían estado aparcados nuestros vehículos. ¡Nada! Miramos todas las arquetas, pues diluviaba y todo lo del suelo confluía en ellas, cada rincón de la acera y la calzada por la que habíamos bajado y no la encontramos. ¡Algún amigo de lo ajeno hizo su agosto!
Desanimados, aunque no mucho porque tampoco la Carmenchu es de melodramatizar, volvimos al restaurante donde nos esperaban nuestros compañeros. Las explicaciones de rigor, los sentidos pésames, alguna bromilla distendida para relajar el ambiente y nos pusimos manos a la obra para disfrutar de un lugar con encanto y en el que, encima, se come bien.
El “Corralón” es un sitio realmente recomendable y todos estuvimos de acuerdo en volver con nuestras parejas para compartir el recién descubierto restaurante.
Disfrutamos una velada realmente agradable y nos reímos como enanos. Tanto es así, que todos se mostraron dispuestos a repetir la experiencia y para octubre ya hemos concretado otra ruta, de la que tendréis cumplidas noticias.