domingo, 13 de diciembre de 2009

Diario de mi Expedición a Túnez


DIARIO DE FRAN ”ALIMAÑA”

TUNEZ TERRITORI 4X4: BORMA XTREM 2008

Esta es la verdadera, y sin censurar, historia del atranco anunciado de un grupo de inconscientes que decidieron acompañar a Lluís y Manolo en una loca aventura por el sur de Túnez.

Y toda historia que se precie debe comenzar por sus protagonistas:

COCHE 1 (HDJ80 plata): Lluís “Zorrillo del Desierto”y Carol

COCHE 2(HDJ80 desllantao): Manolo, alias SUPER RATON

COCHE 3 (Toyota vetusto blanco): Jordi Torres y Joan Rus, alias “el Speaker”

COCHE 4 (Nissan Patrol GR): Ripoll “El Terrible o Ripolleitor” y María

COCHE 5 (Toyota KDJ120 o más por la de cosas que lleva): David Sanglas “El centralitas”y Jordi

COCHE 6 (Defender blanco “despiezado”): Joaquín y Marco

COCHE 7 (Terracan camuflado de HDJ100): Josep Sutherland y Pili Suñer

COCHE 8 (Toyota Landcru rojo): Joan y Xavi

COCHE 9 (Mitsu DID verde): Josep “el solitario” (no confundir con el atracador de bancos)

COCHE 10 (Nissan Patrol Culé): Joan “Lupintan Boixos Nois” y Joan “Culé” jr.

COCHE 11 (HDJ80 budweiser): Miguel Mora, alias “el Birras”

COCHE 12 (HDJ 100 “remolcado”): Isa “la reportera” y Marc

COCHE 13 (HDJ100 verde): Quim, alias “el Sulfúrico” y Alex

COCHE 14 (KDJ “Ollero”): Martí y Maite

COCHE 15 (Nissan Navara despiezada): Hermanos “Quiñonero” (el equivalente a los antiguos Hermanos Dalton

COCHE 16 (Navara “Crestas”): Toni y “sufrido”copiloto

COCHE 17 (KDJ color gasoil): Jordi “Alimaña”

COCHE 18 (KDJ KXR KAKAS): Marisa y Luis “Alimañas”

COCHE 19 (Toyota Landcru McGyver): Blanqui y Toni “Alimañas”

COCHE 20 (Discovery “no lo reconoce ni la madre que lo parió”): Pepe “Alimaña”

COCHE 21 (Toyota Hilux Cabrestante quemao): Mar “lastre” y Fran “Alimaña”

Como quiera que nuestra compañera Isa ya ha realizado una crónica pormenorizada del viaje, con mucho talento por cierto, este diario sólo pretende recoger momentos que, o bien el decoro de nuestra compañera, o bien la censura, le han impedido incorporar a la suya.

DIA 1 antes de los Dolores: nada especial que reseñar. Viaje desde Madrid hasta Marsella y llegada al hotel proporcionado por la Organización. Ésta no aparece por ningún sitio y nos indican que no van a ir a dormir allí ni Manolo, ni Lluís. Mal empezamos: ¿qué tendrán que esconder? Para colmo, el que nos dicen que es de Organización, un tal Jordi Torres, lleva un cacharro destartalado de la I Guerra Mundial y un copiloto de lo más extraño. ¿Dónde nos hemos metido?

Entretanto, aparece un comando de HDJoteros con unas máquinas que a su lado nuestros coches parecen de scalextric. Momento de pánico: -Chicos, aún estamos a tiempo de irnos para los Mandriles-. Pero resultan ser majos y tomamos el primer contacto con unos compañeros que seguro nos acompañarán en más aventuras: “el Comando Petaca”. También aparecieron posteriormente el peazo Defender de Joaquín y Marco y el Toyota de Joan y Xavi.

DÍA 2 antes de los dolores: llegamos al puerto de Marsella y un tío muy raro vestido con un mono azul ajustado, con unos calzoncillos rojos por fuera, grabadas en el pecho las letras SR, y con una gorra de chulapo, nos da la bienvenida: ¡pero si nos habían dicho que todos los del viaje eran catalanes...! -Ya está-pensamos- es la típica acción de marketing para que los madrileños nos sintamos como en casa!. ¡Para colmo nos pregunta si sabemos jugar al mus…! Nuevo momento de pánico: ¡definitivamente, dónde nos hemos metido! (hasta el más pintao sabe que ningún catalán sabe jugar al mus…)

Hay cerca otro tío, más bajito, con cara de mala leche, que los compañeros nos dicen que es el tal Lluís y que mucho ojito con quedarnos en las dunas porque el colega se pone verde y es como si se pusiera un tricornio en la cabeza: ¡¡le entra una mala leche…!! Acojonaditos perdidos que estamos ya…

No sé por qué a este día le he llamado “antes de los dolores”, porque la travesía en el barco no tiene desperdicio. Voy a perder poco tiempo en ella porque poco se puede decir cuando uno ha pasado 18 de las 22 horas de travesía dentro del camarote, con la misma sensación que si se hubiera tomado seis copas de garrafón. Pero de las restantes sólo recuerdo tíos vomitando, haciendo eses por doquier y una reunión-briefing fantasma a la que no acudieron más que unos pocos valientes, que acabaron pagando con su salud…

DÍA 3 antes de los dolores: llegada a Túnez y paso fronterizo como era de esperar, ¡un coñazo! Pero ya estamos allí y las emociones se disparan. El “Comando Alimaña” ya empieza a despuntar y a dar muestras de todo su potencial, que demostrará a lo largo y ancho de todos estos días: pasamos los últimos la frontera, llegamos los últimos al Jem, repostamos los últimos, en la última gasolinera y de milagro y llegamos los últimos al hotel de Matmata, por supuesto bien entrada la noche…

Después de una opípara cena nos juntamos con todos los viajeros en el bar del hotel (¡qué raro!) y allí comienza a gestarse el ambiente cordial que impregnará al grupo de aventureros en los días posteriores: una facción radical de boixos nois increpando al grupo de Madrid y pidiendo a gritos la cabeza de todos los madridistas allí presentes, aullando a todo pulmón el glorioso himno del barça y vociferando consignas del tipo: -no sois capaces de ganar ni en los entrenamientos, visca el Barça y visca Catalunya-.

El sujeto más preocupante era una persona madura, que no mayor, de pelo canoso y padre de una “inocente criatura”, allí presente, que con las venas del cuello hinchadas y con una bandera del F.C. Barcelona al cuello profería unos gritos desgarradores y unos gestos amenazantes que nos causaron una gran zozobra y no menos estrés. Alguien nos indicó que era el famoso “Lupintan” y que era totalmente inofensivo, aunque eso no nos alivió demasiado.

Para colmo, el señor bajito de mala leche, va y nos dice que, si no queremos ser linchados por el resto del grupo y quemados en la hoguera de por la noche, nos tenemos que hacer todas la dunas en largas: ¡pero si no sabemos ni cómo se ponen; si estos coches vienen de serie con las reductoras y nunca las hemos quitado…!

En fin, que entre el grupo de radicales con el famoso Quiñonero y el Lupintan a la cabeza y lo de las largas, no pegamos ojo en toda la noche y volvíamos a tener la misma sensación de los días anteriores: ¿pero dónde c… nos hemos metido y quiénes son estas personas tan raras?

DÍA 4 antes de los dolores, pero premonición de los mismos: nos citan a las 4 de la madrugada (esa será una constante a lo largo de todos los días) en el parking del hotel para ver unas casa trogloditas y un bar de la Guerra de las Galaxias: ¡Joder, pero si nadie se las va a llevar a ningún lado…! ¿Por qué tan temprano? Pero parece ser que ha sido idea del señor bajito de mala leche y mejor no provocarle. Así que obedecemos y, por una vez en la vida, llegamos a tiempo a la cita.

Después ya salimos todos juntos rumbo a un oasis que se llama Ksar Guilane. La caravana está más repartida que la lotería del Niño, por lo que cada uno va llegando como y cuando puede. Eso sí, por la emisora vamos oyendo que si éste se ha quedado en la arena ya, que si el señor de la gorra de chulapo ha encontrado barro y no puede acceder por la entrada principal: pero si los madrileños vamos todavía por la carretera y el resto del grupo ya se ha hecho unas cuantas dunas, un par de trialeras y un tramo de barro….

Un breve momento de descanso, las primeras fotos de paisajes y ya nos ponemos en camino rumbo a las dunas. Los “Alimañas”, que así decidimos llamarnos el grupo de madrileños porque pensamos que es el único animal capaz de dar miedo al famoso “Comando Escorpión”, ocupamos un lugar discreto dentro de la caravana. La historia del Comando escorpión la contaré en otro momento por interesante, aunque adelantaré que los viejos del lugar nos habían contado que era un grupo formidable y temido por sus correrías nocturnas y valerosas gestas, y luego resultaron ser una mezcla de Beata Ursulina con nenaza, incapaces de arrancarle las alas a una mosca paralítica. Pero, en fin, eso es lo que tienen las leyendas…

No recuerdo bien ese primer día, sólo que los Alimañas nos pusimos la consigna de poner las marchas largas y sólo quitarlas si el señor de la gorra chulapa y el bajito de mala leche nos tiraban de los pezones con unas tenazas incandescentes…

Y llegó la noche, y con ella el frío glacial y el tormento más extremo a que se puede someter a un ser humano…: ¡¡un fuego de campamento con Territori…!!

Estos fuegos de campamento comienzan indefectiblemente así: los viejos guerreros, ya con mil batallas en el cuerpo con la “Secta Territori”, van tomando posiciones alrededor del fuego. A medida que van llegando los novatillos, éstos se van incorporando al círculo, pero cada vez más lejos del fuego. De manera que, cuando han llegado todos los participantes hay una hilera de veteranos cerca del fuego, y grupos de pardillos, ¡hasta en cuarta fila!, al otro lado del fuego. Lo raro de esa primera noche es que el Señor bajito de mala leche ocupaba la cuarta fila y, por lo tanto, el fuego no le calentaba ni las pestañas. Los Alimañas pensamos que se trataba de un rito de iniciación de la secta Territori y que le estaban sometiendo a tortura para demostrar su hombría, al estilo Orzowei. Más tarde ganaría terreno tirando a uno de los novatos a la hoguera y después devorando sus entrañas…

DÍA 5 ya de dolores: tal y como nos habían amenazado, a pesar de que en el fuego de campamento nocturno hubo varios intentos de soborno, todos ellos infructuosos, aún de noche estábamos todos arriba con más frío en el cuerpo que cuando recibes una notificación de Hacienda. Pero va a ser el primer día completo de dunas y la emoción y la tensión actúan como inhibidores anestesiantes. Según el librito de la organización hoy tenemos que hacer 150 kms. ¡Eso está chupao!

El tío de la gorra, que en un momento de debilidad, al igual que la tuvo Superman, ha descubierto su auténtica identidad y ya todos sabemos que se trata del famoso SUPER RATON, inicia la marcha bastante puntual seguido del grupo de veteranos de la secta: el “inofensivo” Lupintan con su hijo, el Toyotita rojo con Joan y Xavi a los mandos, el Mitsu de “El Solitario”, el Defender de Joaquín y Marco, Martí y Maite (en busca de nuevas ollas que explorar) y David “El Centralitas” y Jordi, aunque éstos últimos también son unos infiltrado del Comando Petaca.

A continuación salen los Hermanos Quiñonero y la Navara de Toni y es fácil seguir su rastro pues vas encontrando lo siguiente: la Navara empanzada en la primera cresta de todas y el pobre copiloto de Toni corriendo de un lado para otro con una eslinga en la mano, los grilletes en la otra, la polea de reenvío encajada en … (en estos momentos tengo que suspender esta explicación pues la censura es la primera vez que actúa: me dice el señor bajito de mala leche que esto lo pueden leer sus hijos y que todavía no ha tenido con ellos la primera charla sobre el tema de la sexualidad y que sería muy embarazoso para él tener que explicar lo de la semillita y el fruto que crece…). En fin, que tiramos de Toni, lo sacamos y seguimos el rastro a Quiñonero. Tampoco es un rastro difícil de seguir: en la primera cuesta arriba te encuentras dos surcos que parecen hechos por un objeto volador no identificado de la Galaxia de Raticulí y Ganímedes y un amortiguador Selex a modo de mojón. En la siguiente ya puedes observar un trozo de diferencial y el primer disco de embrague y al Quiño paleando arena y rellenando la primera carta de reclamación a Nissan Barcelona. No pasa nada, mientras varios ayudan a palear y a llantar la rueda del Quiño, los demás dictan el número de bastidor y realizan un croquis detallado de cómo se ha producido la avería para adjuntarlo a la reclamación a Nissan…

Bueno, esta información no es del todo cierta porque, normalmente, el Comando petaca ha salido antes que las Navaras y tampoco es difícil seguir su rastro; basta con ir atento a la emisora de 27 (el sulfúricos no ha hecho los deberes y no lleva la de 2 metros…) y oír conversaciones como ésta: -Joder, mi cambio australiano McKinley Alfa 07 en combinación con la centralita Stifjauer pro 7000, ¡cómo peta tío! Esta foto me la haces para la peña del foro, que van a flipar, tío- (Miguel el Birras). –Guay, tío. Esa subida es súper técnica, pero le meto mi bloqueo y me da un subidón. Osti tú cómo van los HDJ y en el foro van a ver estos maquinones en acción- (Isa la reportera). A continuación se produce un intercambio de parejas y, de repente, Isa conduce el coche de Miguel el Birras, Quim está esnifando en el bote de sulfúrico, mientras Alex ha cogido el coche de Marc y uno de el foro, que estaba en Barcelona, se ha acercado para probar el nuevo coche de Quim y comprobar la fiabilidad del nuevo botón que desconecta por ósmosis la suspensión neumática… ¡Estos chicos son así!

Ni que decir tiene que el último grupo está formado por los coches escoba oficiales, Jordi Torres y Joan Rus y Ripolleitor y María, el Terracán camuflado de Josep Sutherland Suñer y el Comando Alimaña. Bueno, la verdad es que el último de todos va el señor bajito de mala leche, pero mejor no despertarle…

Los kilómetros se van sucediendo inexorablemente, pero algunos datos nos comienzan a hacer dudar de que estemos llevando el ritmo correcto para realizar los 150 previstos: en la primera parada nos da tiempo a fumar un cigarro y a comentar las duna superadas; en la segunda alguien ya saca una bota de vino y se entablan tertulias ya más profundas (nací en un soleado mes de marzo y tuve una infancia feliz…); en la tercera un grupo aquí y allá saca las mesas y las sillas y alguien desempolva un jamón serrano que comienza a cortar con salero; en la cuarta Miguel el Birras saca una Play Station y se organiza una liguilla con dieciseisavos de final, octavos, cuartos, semifinales y final; pero la pista definitiva de que no íbamos muy bien del todo la tuvimos cuando Jordi Torres, negociando con pericia un cordón de dunas, mira por el espejo retrovisor y ve como un caracol con cantimplora y con el intermitente dado le pide paso y le adelanta arrancándole las pegatinas… ¡Momento de terror! Una nueva consulta al libro de Territori y, según el guión previsto, hoy deberíamos llegar al Kurdistán (región sin acceso al mar situada en el occidente de Asia, al norte de Oriente Medio y al sur de Transcaucasia…) y sin embargo, después de doce horas de marcha miramos hacia atrás ¡¡Y AÚN VEMOS LOS RESCOLDOS TODAVÍA CALIENTES DE LA FOGATA DEL ÚLTIMO CAMPAMENTO…!!

Los jefes de la secta de Territori, es decir Súper Ratón y el señor bajito de mala leche, convocan a una reunión urgente y nos explican que han aplicado unos logaritmos neperianos para saber la densidad de la arena, han realizado sendos estudios geológicos y han inducido unas proyecciones alfa sobre la inclinación de los cordones de dunas y han llegado a la conclusión de que la arena está muy mal y que vamos como el culo… Conclusión, que desandamos lo ascendido y bajamos a una zona más llana para montar el campamento a las 4:30 de la tarde…

Varios eruditos han intentado estudiar el fenómeno Territori para desentrañar el misterio de montar un campamento a las 16:30 o a las 17:00 horas a lo sumo, para luego levantar a la gente a las 4 de la mañana, cuando aún es noche cerrada y ni siquiera han puesto las dunas, pero tras millones de euros gastados y años de investigación invertidos, nadie ha podido resolver el enigma.

Total, que volvemos a estar como al principio: los jefes de la secta alrededor del fuego y los pardillos, vulgo novatos, hacinados unos contra otros para combatir la gelidez a una veintena de metros del calor salvador…

No me atrevo a narrar las cosas que suceden, ni que se dicen, durante esos fuegos de campamento porque creo que irían en contra del Tratado de la Onu, la Declaración de Derechos humanos y el Tratado de Ginebra juntos. Lo más que puedo detallar es que el Sr. Ripolleitor se pasa la mayor parte del tiempo arrojando Baobabs y Sequoias gigantes dentro de la hoguera y luego se pasea por todo el círculo con una botellita metálica del decathlón ofreciendo un líquido extraño a todos los presentes. El resultado: que los que no han probado de la botella se van pronto a la cama a descansar y el resto se quedan hasta altas horas de la madrugada profiriendo sonidos guturales aterradores y unas risotadas que te ponen la carne de gallina y al día siguiente se pasan todo el día paleando arena y arreglando desllantadas.

Nota al margen: volver a mandar a los eruditos y científicos para que estudien este comportamiento.

DÍA 6 también de dolores: ha estado lloviendo durante toda la noche y todo hace presagiar un día movidito. No pasa nada, nueva mirada al libro de la Organización y nuevas esperanzas se abren en el grupo Alimaña: hoy también está previsto que hagamos 150 kilómetros. ¡A la segunda va la vencida…! Hoy seguro que los hacemos. Según el libro hoy deberíamos llegar a las Islas Cook (en medio del Pacífico), pero con que nos acerquemos hasta El Callao (Perú) nos daríamos por satisfechos. No en vano expediciones españolas de hace siglos lo habían conseguido con menos medios…

En fin, que nos ponemos manos a la obra, más o menos con el mismo orden descrito en el día anterior.

Pero, ¡Ay, amigos! Que pasa Súper Ratón por las rodadas y vale; pasan los voixos nois y también vale; pero al tercero que pasa esa arena ya parece una trialera de barro de la comarca del Llobregat, ¡non fotis, nano, collons de pato!

Para colmo, es el día que a Martí le da por explorar ollas nuevas y encuentra una en la que decide quedarse a vivir allí un par de días. Dos o tres cabrestantes y tres pares de eslingas le convencen de que abandone su idea y de que se reincorpore al grupo. Eso sí, de recuerdo decide dejar allí su paragolpes trasero y parte del escape. Si es que es un sentimental en el fondo…

Los ánimos se encuentran como las personas, pasados por agua, porque no deja de llover y hace un frío que pela. El Sr. Ripoll, que ha tenido que solucionar algunas averías, se ha tenido que cambiar ya tres veces de ropa y presenta claras marcas en la cara del rodillo de María.

Hoy es el día de “San Desllanto” porque en mi vida había visto tantas desllantadas juntas. Si el día anterior era lento en la marcha, hoy algunos miembros del Comando Alimaña deciden ir a visitar a unos parientes que tienen en Totana (Murcia). Al regreso de la visita el resto del grupo ha logrado recorrer ¡¡¡9 KILÓMETROS EN TODO EL DÍA!!!

Cuando el Sr. Bajito, que ahora tiene más mala leche que nunca porque ha tenido que meterle tres bidones de 100 litros de aceite cada uno a su cabrestante para sacar a todos los coche de las ollas, decide convocar a una nueva reunión para poder salir de las dunas antes de que se nos haga de noche, resulta que ya es demasiado tarde y tenemos que acampar a “sálvese el que pueda” y “marica el último” en mitad del cordón de dunas. El resultado es que se establecen tantos campamentos como logias masónicas hay dentro del grupo. Y el único aspecto positivo es que esa noche no hay fuego de campamento: pasaremos el mismo frío de siempre, pero los viejos guerreros de la secta Territori pasarán el mismo que los demás…

DÍA 7 ya de dolores extremos: ¡No, por favor! Vuelve a sonar el despertador a las 4:30 de la mañana (o al menos eso parece por lo de noche que es y el frío que hace…). Hoy no llueve, por lo que está cantado que HOY SI QUE HACEMOS LOS 150 KILÓMETROS. Ya no me atrevo a mirar en el libro de ruta para ver a dónde tendríamos que haber llegado hoy, para no deprimirme más, pero según mis cálculos es en algún lugar indeterminado del planeta en el que todavía no ha pisado el ser humano. En fin, con que salgamos del cordón de dunas en el que estamos metidos me conformo…

Este día es parecido al anterior: con el suelo en pésimas condiciones pues, cuando han pasado tres coches, la capa dura se rompe y aparece el tan temido barro. Sólo me acuerdo de un detalle importante de ese día y es que conducía con el pañuelo anudado a la cabeza y el machete entre los dientes, al estilo Rambo, para no quedarme, encabezando el grupo de los Alimañas, cuando me encuentro ante dos roderas distintas y, para no variar, elijo las malas cayendo en una olla terrorífica. Elegí ese camino porque David Sanglas estaba ahí y me pareció que ese era el camino a seguir. El coche se queda empanzado hasta las trancas y con una rueda en un cruce de puentes imposible… Nunca olvidaré ese terrible momento: se me acerca David Sanglas con la parsimonia que le caracteriza (él estaba recogiendo ya el cabrestante, la pala, las eslingas, la retroexcavadora, la tuneladora de Gallardón y demás material de desatranco…) y muy, muy dulcemente y suavemente me dice: - no es por desanimarte, pero yo he tardado más de dos horas en salir de ahí…- y se aleja tan tranquilamente, dejándome a mi una cara de gilipollas, como sólo se te puede quedar cuando has hecho una cagada de campeonato.

Ahí mi Mari Mar, que por un momento había dejado de dormir dentro del coche (calculo que de los 10 días de viaje, Mar ha podido dormir unas 193 horas) saca la pala y, como poseída por el diablo se pone a cavar, y a cavar, y a cavar (debió estar como 15 minutos cavando sin parar, como enloquecida) hasta que le dije: -gracias, cariño, pero es en las otras ruedas. Tenemos que salir hacia adelante.- No sé ni cómo, ni por qué, pero me desperté cuando el resto de los Alimañas trataban de desincrustarme la pala del píloro. En fin, que si no llega a ser por Toni y su Navara, ahora mismo estaría escribiendo estas líneas desde esa misma olla, eso sí con la pala desincrustada de mi pobre organismo.

Ya con más pericia, después de llevarme varios pescozones del Sr. Ripoll (el pobre, con una paciencia infinita, trataba de introducir en mi dura cabeza las técnicas necesarias para moverse por la arena sin parecer un jodido paralítico), pasamos un día mucho más divertido y llegamos a hacer ¡¡CASI 40 KILOMETROS!!

Ya casi de noche, una nueva reunión de los cabecillas de la secta Territori nos lleva a la zona más baja de las dunas para poder acampar antes de que oscurezca definitivamente. A esa reunión no asistieron Súper Ratón y sus acólitos por encontrarse haciendo turismo en la zona más alta del cordón de dunas.

Esa noche se recordará en Territori 4x4 allende los años y las rutas y será contada en todos los fuegos de campamento y pasada de boca en boca por todos los aventureros que caigan en la logia Territori, como “LA REBELIÓN DE LOS NOVATOS” y marcará un antes y un después en los fuegos de campamento africanos.

Un grupo de valientes, todos ellos del grupo de pardillos, capitaneados por el creador del Sindicato de los novatos, D. Jordi Alimaña, deciden rebelarse contra los miembros del Comando Escorpión y, desafiando a la muerte y a una terrible venganza, organizan dos fuegos aparte del principal. Junto a ellos se irán concentrando el grupo de desarrapados de las dunas. Era como tener por un lado la zona de la Diagonal y las Ramblas y por el otro el Carmel, todo hundido y el Barrio Gotico i Sant Pere. En fin, que siempre ha habido clases…

Pero esta lucha de clases no desmereció esta última noche de acampada, en la que la Amistad y la Fraternidad ente los acampados brilló a mucha altura. Y digo lo de que brilló a mucha altura, porque el bestiajo de Ripoll se dedicó a quemar todo lo que encontraba a su paso y que tuviera las dimensiones del portaaviones Nimitz y el Camp Nou juntos y un momento hubo en que estuvimos a punto de perder varios de los coches (algunos sí perdieron las cejas y las pestañas del calor).

Como muestra de generosidad y de clemencia, SR y el señor de mala leche (aunque se había ido domesticando por el camino y ahora, de vez en cuando, asomaba una leve sonrisa a sus labios) nos dejaron levantarnos al día siguiente a las 4:45. Si es que en el fondo son humanos…

DÍA 8 y último de dolores: ya es el último día de viaje 4x4 y me niego a mirar el libro de ruta. ¡Para qué, si nunca lo cumplimos…! Pero hoy tenemos que llegar a Matmata cueste lo que cueste. Más que nada porque llevamos cinco días sin ducharnos, ni lavarnos y tengo una colonia de liendres y garrapatas en determinadas zonas de mi cuerpo que no mencionaré por respeto a los niños que lean este diario.

Por desgracia el grupo, que ya se va pareciendo a los damnificados que volvían del Vietnam, se tiene que dividir en dos subgrupos: los que llevan el coche muy tocado, por un lado y los que llevan el coche muy tocado y todavía no lo saben, por otro… Los primeros deciden no pasar el último cordón de dunas y regresar por la Hamada que, según el libro de ruta debería encontrarse a 2.780 kilómetros de nosotros, pero que en realidad, con los pocos kilómetros que el desierto nos ha consentido hacer, se encuentra a tiro de piedra. El Defender de Joaquín y Marco, el Toyota de Martí, el desguace de la Navara de Quiño y la Navara de Toni (que decide acompañar a su compañero Martí), junto con lo que queda del coche de Jordi Torres (es que ese coche no se sabe si está roto o que es así de serie), abandonan al grupo a su suerte y se van directos a Matmata. Los demás enfilamos el último tramo de dunas y ponemos el morro dirección a Ksar Guilane.

Ahora sí que tengo que ponerme un poco serio porque son los momentos más tristes del viaje: aquellos en que vislumbras el final de las dunas y ves próximo el momento de volver a poner las presiones de las ruedas en el modo “normal”. Es una sensación agridulce, en la que se mezcla un poco la morriña de volver a ver a los seres queridos que has dejado en casa y la nostalgia del desierto, que siempre ejerce una poderosa llamada a la que no puedes resistirte. Es casi como la odisea de Ulises, el héroe griego, cuando decide atarse al mástil de su barco para escuchar el canto de las sirenas (acordaros que era un canto irresistible para los marinos, que eran atraídos a ellas para hacerlos naufragar). Así me siento yo con el desierto: ejerce sobre mí una llamada tal que no puedo oponerme a ella.

Pero para hacer menos amarga la despedida del desierto, Manolo -Súper Ratón para los amigos- nos regala una pista maravillosa para ir de Ksar Guilane a Matmata.

DÍA 9 de amargura y siguientes: ya no me quedan fuerzas, ni ganas, de narrar la vuelta hacia Hammamet y el regreso en el barco. El viaje auténtico acabó en Matmata y allí quiero que se queden mis recuerdos hasta que pueda volver al continente africano.

Todo el esfuerzo y el tiempo que he invertido en narrar mis impresiones de este viaje, siempre en clave de humor y con la intención de que nadie se sienta ofendido, se lo dedico a 37 personas entrañables y estupendas compañeras, a pesar de ser cada uno de nosotros de nuestro padre y de nuestra madre, incluso del Barça y del Madrid.

Este es mi pequeño homenaje a la Gran familia de Territori 4x4 y con él vuela el deseo de volver a encontrarnos en el próximo viaje. ¡Mucha mierda para todos, como decimos en mi profesión!

Fran “Alimaña”

Matmata, a 5 de diciembre de 2.008

3 comentarios:

Alioth dijo...

¡Dios mío qué pesadilla! Ahora que me he reído un buen rato. :-))) Está claro que la razón por la que estas dispuesto a sufrir esas calamidades sin alterarte es por la poderosa influencia que tiene sobre ti el desierto. Yo creo que si investigaramos un poquillo, encontraríamos una razón genética. ;-)

Alioth dijo...

Por cierto,... creo que soy de las pocas personas que no se han asustado al ver tan largo relato. ¡Y luego presumen de que les gusta leer!

Franloksli dijo...

Gracias, mi Esthercilla. Creo que eres la unica persona que lee mis relatos largos. Por eso y muchas mas cosas te quiero.