El Camino de Fran... digo de Santiago... (Etapa I)

31 de julio de 2.010

Realmente es mi camino, porque soy yo el que lo hace, pero bueno... admitimos pulpo como Camino de Santiago.
Es la primera vez que voy a intentar escribir el Blog en "directo", día a día según voy caminando (en este caso). También va a depender de que vaya encontrando conexiones gatis a internet, porque me he negado a comprar la maldita pastillita de conexión, por los precios abusivos.
Pero bueno, casi lo mejor es comenzar por el principio.
Como soy culo de mal asiento y he pasado un mes algo estresadillo con el trabajo, he pedido "permiso" a Mar para irme en solitario a recorrer el Camino de Santiago. Mi idea es recorrer, desde Sarria hasta Finisterre, 205 kms. Como digo, esa es la idea inicial: ¡ya veremos luego lo que pasa!
Aunque, la verdad, esta Etapa I es un poco ficticia porque comienza el día 30 en Brunete.
Sí, ya lo sé: ¡Brunete no tiene nada que ver con el Camino de santiago!
Pero es que los perretes de mis amigos, que se van a la II edición del Rally "Rumbo a Mauritania", se concentraban en esa histórica localidad para salir al día siguiente con destino a África. Os recuerdo que Toni, Jordi y yo participamos el año pasado en moto (nos hicimos más de 7.000 kms. en moto por África), aunque por vaguería y falta de tiempo aún no he publicado la entrada.
Y, aunque es una putada, pues se pasa fatal viendo a tus colegas partir hacia una gran aventura y se te ponen los dientes más largos que al protagonista de la película "ice age", cogí mi cochecito e hice una escala en Brunete antes de recalar en Sarria.
Este año, el segundo, la caravana está compuesta por 15 coches de participantes, 4 de Organización, 4 locos que van a llegar a Mauritania de mochileros, por sus propios medios y un tío, Javi, más loco aún que va a llegar a Mauritania en bicicleta: ¡que Dios le pille confesado!
Por la tarde, mientras todos los coches pasaban las verificaciones técnicas y administrativas, Toni, Luis, jordi y yo pelamos la paba charlando con unos y con otros, disfrutando de ese ambiente que nos gusta más que a un tonto una tiza. Después de casi 20 años viajando a África aún me contagio de la ilusión de los "primerizos" y su entusiasmo me traslada a los momentos previos a mi primer viaje a Marruecos: ¡no lo puedo evitar!
A las 9 de la noche, aunque aún de día, se procedió al inefable Breafing, en el que habla hasta el "Tato" (nunca he sabido quién es, a excepción de mi querido amigo José Ignacio Ortigosa, Tato), agradeciendo al hijo de la portera del concuñado del primo del patrocinador por haber hecho posible y bla, bla, bla y a las Autoridades que con su tesón y apoyo, bla, bla, bla y a Einstein por su Teoría que hace posible que bla, bla, bla y así se dio la bienvenida y las últimas instrucciones a todos los participantes.
Después un patrocinador local, de cuyo nombre no quiero acordarme (¡maldito Alzheimer!) nos invitó a todos a degustar una exquisita paella en su restaurante, bien regada, ¡demasiado!, con un sabroso tinto de verano.
Después nos fuimos todos a dormir al polideportivo del pueblo en el que, como hacía un calor de demonios, acabamos todos los participantes durmiendo en el duro y rugoso enlosado del parking. ¡Vaya nochecita Toledana hemos pasado! Además, para colmo, nos acostamos cerca de las tres y a las 6:45 de la mañana Juanito y Toni han tocado diana: como son unos jodidos viejos y no duermen, pues despiertan a los demás y que se jorobe la perra...
Menos mal que el mismo patrocinador, que sigo sin recordar (creo que es Restaurante los Ibéricos, pero no estoy seguro), nos ha vuelto a convidar a unos cafelitos con sobaos: ¡no hay mal que por bien no venga...!
A las 8:30 de la mañana se ha dado la salida oficial a cada uno de los participantes y yo me he quedado allí con un palmo de narices y los dientes más largos que el sable de Saladino, rumiando mi desgracia que, al fin y al cabo, es de libre elección pues yo mismo he decidido no participar este año para descansar un poco de los viajes a África. Pero el ser humano es así de contradictorio por naturaleza...
Así que, sobre las 9 de la mañana, he decidido darme yo a mi mismo (al estilo Mr. Bean) mi propia salida hacia mi aventura, esta vez sin público asistente, sin Autoridades, ni aplausos, hacia Sarria.
Y aquí estoy, en Portomarín, haciendo uso de un internés de prestado, escribiendo estas líneas desde la habitación del Hotel Villajardín (sí, el de la primera foto).
Pero como hoy no ha pasdo nada, pues llevo toda la tarde vegetando y escribiendo, pues no cuento nada y me despido hasta la próxima conexión. Sólo puedo deciros que me siento como un perrillo nervioso que huele la actividad y el ejercicio físico y que ya tengo ganas de echar a andar, con la calor que está haciendo, para probarme y ver que tal ando después de algunos meses de inactividad.
Agur, Compañeros, desde Portomarín.